17.2.03

la guerra ya ha empezado
en la arena
en los astros
concéntricos los ojos
amargan
aturden
no hay descanso
son flechas adornadas con tintes de amapola
son balas
son fusiles
disparos
un cuerpo tendido sobre agua en retirada
un vicio
un dolor
interceptados
un pecho que recibe la lanza como amiga
suicidio
temblor
ahonda en sus pecados
no hay paz para el cielo dormido
no hay puente
no hay brisa
no hay vida en lo terrible de ver los nombres destrozados