la sombra que me persigue y me llena la cabeza de monstruos y pesares el delirio que me llama y me describe por dentro la inercia que me lleva hacia lo más hiriente la vida que me trata como si fuera pedazos de acogida

no hay patria sin sangre ni amor sin el dolor que destila la pérdida no hay espacio sin lucha ni temor que pueda atenazarse con la mirada no hay gesto insignificante ni madre que pueda ver llorar a su hijo no hay fuente ni guía ni motivo para esperar el ascenso la calma la entrega de tus ojos sobre mi pecho de niño y no hay vida como hay dolor en el hecho de ver la carne esparcida entre las piedras no quiero y no hay día que pueda despertarme sin extrañar lo que deseo

somos islas pretenciosas indefensas soledad con soledad en la que se sopesa la existencia y grito y deliro y destierro de mi voz el ansia de una nueva vida no hay planes ni futuro ni escaleras hacia el entendimiento el sexo es sólo un recurso para desatar lo verdaderamente innoble mi cara y mi cuerpo henchidos en la nada abruma desasosiega impele descentra la vida fue mía alguna vez y ahora se me tuerce y se me quiebra como un clavo mal golpeado...

expuestos enfrentados enviados conminados indefensos malogrados por la angustia del que percibe el miedo el hastío el concepto que fulmina y se traga nuestra impronta nuestro tiempo la soledad en que una mañana nos hemos despertado somos niños a merced de la violencia descentrados desamparados desdeñados desilusionados caídos derribados de alguna parte no lo creas el miente ellos mienten estás solo y lo sabes la nada en tus entrañas te corroe y te enferma el vacío se presenta y te sale por la boca por los ojos por la piel por la caída que no acaba y tú expuesto enfrentado enviado conminado indefenso malogrado para el resto de tus días sobre la faz de esta ingrata tierra la soledad en que una mañana nos hemos despertado

sí porque él nunca había hecho tal cosa como pedir el desayuno en la cama necesito escribir sacarme esta ponzoña de adentro con un par de huevos desde el hotel city arms cuando solía hacer que estaba malo de la piel para adentro es todo miseria deseo el mundo feliz el olvido lo neutro la banda magnética que fabrica tabula rasa en voz de enfermo como un rey para hacerse el interesante con esa vieja bruja de la señora riordan escribo y me consulo como puedo como sé como me impone esta ardiente necesidad de teclear sin destino que él se imaginaba que la tenía en el bote y no nos dejó ni un ochavo todo en misas para ella sola mi sangre es de mentira mi voz es de mentira mi alma es de mentira y la vida fluye ahí fuera como si fuera de veras y su alma grandísima tacaña como no se ha vista otra con miedo a sacar cuatro peniques para su alcohol que en otro tiempo fue mi salvación todo fue mentira y el curso de los días me desmuestra que la soledad es infinita