maría me dijo: “me voy a hablar con maría”. para entonces yo ya había consumido casi litro y medio de kalimotxo y mi mente tardó unos segundos en comprender aquella frase. de modo que aún aturdido preferí ir hacia donde estaba fla y le pedí un cigarrillo “no me quedan” me dijo, y me deprimí un poco, menos mal que allí estaba juanlu para ofrecerme otro trago de kalimotxo y olvidar por un momento eso de fumar. la noche continuó entre risas, alcohol y charlas de política y de música. de pronto, sin enterarnos, se hizo tarde y la gente fue desapareciendo. al final de la noche acabamos isra, juanlu y yo sentados en el suelo hablando de lo complicadas que son las mujeres, mientras maría y maría se daban besos y congeniaban la una con la otra.
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