10.1.03

Es más, a medida que avanza el proceso económico hacia la terminación de los productos y hacia los servicios de comercialización y gestión a ellos vinculados, nos encontramos con que sistemáticamente la valoración monetaria por unidad de producto crece en mucha mayor proporción que el coste físico y monetario de los procesos. Lo cual explica en buena medida la paradoja que supone que, mientras esa economía de la física que es la termodinámica salda todos los procesos con pérdidas físicas, la economía lo hace con ganacias monetarias. Esta tendencia general que hemos denominado la "Regla del notario" [Naredo, J.M. , 1991 ] y [Valero, A. , 1991 ] se ejemplificaría de la siguiente manera en un caso tan vinculado a las presentes reflexiones como es la construcción y venta de un inmueble. Primero se excavan los cimientos y se obtienen los materiales de construcción (ladrillos, hierro, cemento...) mediante actividades muy costosas en energía y escasamente retribuidas, se va construyendo y rematando el edificio con actividades menos costosas y mejor retribuidas, hasta que finalmente se culmina el proceso formalizando la venta del inmueble en la mesa del notario en la que éste y el promotor obtienen elevadas retribuciones sin incurrir en coste físico alguno. Evidentemente las personas y los países tratan de desplazarse hacia actividades con alto "valor añadido" y bajo coste físico, pero sólo unos pocos lo consiguen. Lo significativo a los efectos de la presente reflexión es que los notarios y los promotores, están en las ciudades, al igual que casi todas las actividades mejor retribuidas. Por lo que existe una marcada asociación entre el porcentaje de población urbana de los países y su nivel de renta per capita [Cfr. Alberti, M. , 1994 ]. Lo que a su vez explica, la emigración del campo a la ciudad, dada las espectativas que ésta despierta, aunque buena parte de ella acabe engrosando su cinturón de pobreza.

extraído de http://habitat.aq.upm.es/cs/p2/a007.html.

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