Vallekas ha cambiado, no sé si a mejor; el pueblo de vallekas (en una gran medida) era barrio de marginados, de alcohólicos, de peleas, de navajazos, de coches robados, de yonkis, de "perros callejeros", de picos, de "lecheras", el manzano, el julepe, el montilla... Todo eso pasó y vallekas lo reconstruyeron, lo reconvirtieron, lo realojaron. La UVA feneció y sobre sus eskombros apareció un barrio con nuevos deseos, con sabor a rencor pero recubierto de sueños. Tengo amigos en ese barrio (algunos compañeros de clase se quedaron en el camino) y he de decir que marca, sí, deja una huella imperceptible a simple vista pero por dentro se tiene la sensación de culpa, de limitación, de desigualdad, de complejo mal encajado.
Ahora a vallekas la quieren cambiar de nuevo, el famoso PAU; vallekas por lo visto desea romper definitivamente con lo que fueron sus raíces más cercanas: incomprensión, policía y droga. El PAU sustituirá a la UVA con: lujo, recursos, comodidad, igualdad. Lástima que el dinero, la opulencia ha llegado tarde y mal distribuida. El capital dará al PAU lo que las ayudas sociales y recursos no dieron a la UVA. En el PAU ya no habrá marginados, ni alcohólicos, ni peleas, ni navajazos, ni coches robados, ni yonkis, ni "perros callejeros", ni picos, ni "lecheras", ni manzano, ni julepe, ni montilla... sencillamente porque no será un ghetto, eso que los distintos gobiernos han creado con las clases marginales/desfavorecidas de vallekas: la UVA, la rosilla (los pitufos para la gran opinión pública), la barranquilla...
Quien tuvo retuvo y vallekas se debatirá, al menos por un tiempo, entre lo ácido de la marginalidad y lo dulce de la opulencia.
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